Cada ciclo femenino se inicia en el cerebro, concretamente en una pequeña estructura llamada hipotálamo. Éste se encarga de la sincronización del ciclo, y para que el proceso sea exitoso, no sólo la finalidad será formar un óvulo maduro capaz de ser fecundado, sino que tiene que existir una regulación hormonal y una integración a todos los niveles y órganos que intervienen en el proceso: hipotálamo, hipófisis, ovarios y endometrio.
Tal y como se aprecia en la imagen, el hipotálamo desempeña un papel importante en el sistema endocrino, ya que controla y regula la secreción de las hormonas de la hipófisis o pituitarias siendo vital para poder vivir. El correcto funcionamiento de los órganos sexuales es una parte más que se encuentra controlada por él.
Tanto en el hombre como en la mujer, el sistema endocrino cerebral es clave para que exista fertilidad, y al estar relacionado con otras funciones, tiene sentido que ante un estrés el ciclo reproductor se bloquee o se vea afectada la producción espermática, o que en situaciones de lactancia la vuelta a la fertilidad postparto se retrase.
Cuando se desconoce el origen de las irregularidades femeninas, o de problemas de fertilidad masculina, es conveniente hacer un estudio completo hormonal para ver qué factores pueden estar detrás.
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