4ª parte. Los efectos negativos de los anticonceptivos hormonales sobre la fertilidad

  • 27 enero, 2020

 

Vimos en la 2ª parte (contraceptivos combinados) y 3ª parte (sólo de progestágeno) el mecanismo de acción de los contraceptivos hormonales más utilizados (no están incluidos el Diu-progestágeno ni la píldora del día después).

Existe extensa literatura sobre los efectos adversos negativos de los contraceptivos hormonales. Estos efectos vienen descritos en los prospectos, siendo principalmente los siguientes (depende mucho del tipo de contraceptivo): náuseas y vómitos, aumento de peso, cefaleas, mastalgia, cloasma, acné, depresión, inapetencia sexual, infecciones urinarias, sangrado disfuncional, amenorrea, colelitiasis, colostasis, tromboembolismo venoso, tensión arterial elevada, infarto agudo de miocardio, accidente cerebro-vascular agudo, cáncer de mama, cáncer de cérvix.

 

Ahora bien, lo que a menudo sucede es que se pasan por alto los efectos de los contraceptivos hormonales sobre la fisiología del sistema reproductor femenino, siendo mayormente desconocidos por las mujeres que los utilizan, lo que resulta enormemente injusto para ellas, ya que la naturaleza, aunque no de forma evidente en todos los casos, suele pasar factura.

Es por ello que en este post me extiendo a comentar los efectos negativos que conllevan estos compuestos sobre la fertilidad futura. 

 

Veíamos en la 2ª y 3ª parte que los contraceptivos hormonales actúan simultáneamente a distintos niveles del sistema reproductivo de la mujer. La repercusión en cada uno la explico de forma separada:

 

  • Efecto negativo sobre el eje cerebral

El eje hipotálamo-hipófisis-ovarios es muy delicado, y cuando éste se corta con el uso de hormonas sintéticas, se puede producir un bloqueo completo tal, que una vez se dejan de tomar pueden llegar a pasar 2 ó 3 años en arrancar de nuevo, a veces nunca. Esto depende en gran parte de la situación reproductiva inicial de la mujer, y también del tiempo de ingesta. La recuperación de la ovulación sucede en más de la mitad de los casos en el primer y segundo ciclo postpíldora, de hecho, hay muchas mujeres que nada más dejarlos se quedan embarazadas sin problema, aunque también en cierto que un 40% aproximadamente pueden tardar más en recuperar este eje.

Sobre las adolescentes, no se debería dar ningún contraceptivo hormonal para manipular la duración del ciclo, ya que las irregularidades son típicas en esta edad. La maduración del eje cerebral puede llevar de 2 a 5 años, siendo la LH (hormona pituitaria) la última en madurar, y la primera en dañarse por este tipo de hormonas sintéticas.

 

  • Efecto negativo sobre las trompas

La asociación de anticonceptivos orales con el riesgo de embarazo ectópico a menudo se pasa por alto (también puedes leer riesgo de embarazo ectópico cuando falla la anticoncepción). Tras el cese de la ingesta de estos compuestos, en principio, las trompas recuperan su motilidad.

 

  • Efecto negativo sobre el endometrio

En ocasiones, hay amenorrea tras suspender los preparados hormonales combinados, debido al mal funcionamiento del eje cerebral. Una vez las hormonas naturales funcionan correctamente, el endometrio responde bien. Lo que puede suceder, debido a que la ovulación al principio puede ser imperfecta, es que haya fases lúteas o postovulatorias cortas (menos de 11 días), lo cual supondrían ser ciclos infértiles por insuficiencia lútea secundaria.

 

  • Efecto negativo sobre el cuello del útero

El cérvix es un órgano muy complejo y delicado. En él se encuentran las criptas cervicales que producen las secreciones dependiendo del momento hormonal del ciclo.

Cuando se usan contraceptivos hormonales, el daño que ejercen estas sustancias tóxicas sobre las criptas es muy grande. La inhibición crónica de la secreción mucosa del cérvix, debido al efecto de los progestágenos (esto significa que cualquier contraceptivo hormonal va a tener este efecto), puede conducir también a su atrofia, de forma que una vez se dejan de tomar, el cérvix puede quedar parcial o totalmente incapacitado para responder a los estrógenos elevados de la fase fértil. Si no se produce secreción fértil, los espermatozoides no pueden acceder, y por mucho que la mujer vuelva a ovular, la concepción no es posible.

El profesor Odeblad descubrió los diferentes tipos de moco cervical, y realizó investigaciones sobre el efecto de las píldoras contraceptivas en el cérvix. Llegó a la conclusión de que, mientras que el embarazo contrarresta el proceso normal de envejecimiento y en realidad tiene un efecto rejuvenecedor en el cuello uterino (las criptas de una mujer de 33 años se vuelven como las de una mujer de 20 años), la píldora, especialmente después de un uso prolongado (más de 10 años), tiene el efecto inverso, esto es, el cuello uterino de una mujer de 33 años que toma la píldora se vuelve como el de una mujer de 45 años, cuanto más tiempo de ingesta peor (Hume Kevin MD; La biología del cuello uterino, un resumen de los avances del trabajo de Erik Odeblad, Efectos de la medicación anticonceptiva en el cuello uterino; Boletín del Centro de Investigación y Referencia de Métodos de Ovulación de Australia, Vo 25, No 2, Páginas 17-24, 1998).

Se requiere de un tiempo para que el cérvix se recupere y su patrón mucoso vuelva a la normalidad, y algunas veces esto nunca ocurre, ya que la agresión química sobre las criptas puede ser irreversible. Se debe dejar un tiempo prudencial de unos 18-24 meses para considerar tratamiento en caso de ver que no se recupera.

Es conveniente insistir en que la ingesta de contraceptivos hormonales en niñas adolescentes es especialmente dañino a largo plazo, ya que en esa edad se está produciendo la maduración de sus criptas cervicales, vitales para la fertilidad (leer más en Adolescencia y secreción).

 

 

En general, podemos decir que el efecto sobre la fertilidad de los contraceptivos y el tiempo de recuperación postpíldora es muy variable de mujer a mujer.  Cuando la mujer supera los 35 años y combina la toma de contraceptivos hormonales junto con esa declinación natural de la fertilidad por la edad, la posibilidad de embarazo es con frecuencia muy baja. Por ello, es conveniente un seguimiento de los primeros ciclos postpíldora para ver la evolución de cualquier mínima señal de fertilidad.

 

Por último, nombrar este estudio del año 2015, sobre la ingesta de anticonceptivos hormonales y la disminción de la reserva ovárica.

Está claro que el ovario envejece de forma natural en toda mujer. Hoy en día es fácil hacerse una idea de la reserva ovárica de la mujer, principalmente con la hormona antimulleriana (AMH, es una hormona que emiten los folículos, y cuyo valor, mediante análisis de sangre, nos indica cuántos óvulos válidos tiene aún la mujer en los ovarios) y haciendo un recuento de folículos antrales (AFC) y volumen del ovario mediante ecografía.

En este estudio se midieron estos parámetros para comparar las mujeres que toman anticonceptivos orales y aquellas que no los toman. El resultado fue una disminución de estos parámetros en mujeres que tomaban anticonceptivos orales, en concreto de un 19% menos de AMH, un 18% de AFC y un 50% menos de volumen ovárico, comparadas con mujeres que no tomaban anticonceptivos orales. La conclusión fue que la ingesta de contraceptivos hormonales, bajaba la reserva ovárica y por lo tanto la esperanza de vida reproductiva.

 

Si bien, es necesario seguir investigando en este campo de forma más extensa debido a la importancia que tiene la fertilidad en la vida de una pareja que desea tener hijos.

 

 

Foto: pinterest

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