La marcha atrás para evitar embarazos

  • 25 marzo, 2019

El coitus interruptus es conocido comúnmente como la marcha atrás. Se utiliza desde hace cientos de años, y su práctica consiste en que el hombre saca el pene de la vagina antes de eyacular dentro de la mujer, evitando así que entre el semen y, por lo tanto, se produzca un embarazo. Todo depende de la pericia masculina.

Esta práctica, al no requerir un medio externo que impida la concepción, todavía es considerada en algunos ambientes como un método de Planificación familiar natural, cuando realmente no lo es. Los verdaderos Métodos Naturales utilizados para la Planificación Familiar, se basan en el conocimiento y seguimiento de los Indicadores de Fertilidad femeninos, requieren un autoconocimiento por parte de la mujer y una colaboración por parte del hombre. Ninguna de ambas premisas las cumple la marcha atrás, con razón calificada por muchos como una chapuza.

En España, según datos recientes que muestra la Sociedad Española de Contracepción (SEC), apenas un 1,2% de las parejas en edad fértil utilizan esta práctica como método anticonceptivo. Realmente no es nada aconsejado por varias razones:

 

  • Su eficacia deja bastante que desear

De los métodos para evitar embarazo que existen hoy en día es el más ineficaz con diferencia. Apenas tiene un 70% de eficacia, es decir, de 100 parejas que lo utilizan, aproximadamente 30 de ellas pueden quedarse embarazadas.

Haciendo honor al refrán «antes de llover chispea», se cree que en el líquido preeyaculatorio (segregado por las glándulas de Cowper para lubricar la uretra y corregir su ph antes de eyacular) pudiera haber algún espermatozoide. Realmente, si así fuera, los pocos presentes serían prácticamente inviables. Probablemente lo que sucede, y por lo que la eficacia es tan baja y variable, es una la falta de autocontrol por parte del varón que, al no retirarse lo suficientemente rápido, libera algo de semen en el cuerpo de la mujer.

 

  • No protege frente a enfermedades de transmisión sexual

Esto supone un problema para aquellas personas que mantienen relaciones sexuales esporádicas con diferentes sujetos.

 

  • La relación sexual se convierte en algo estresante

Si bien lo bonito de una relación sexual es el disfrute corporal y afectivo con la persona que quieres, cuando hay que estar pendiente del momento eyaculatorio del hombre por miedo a un embarazo, la relación pasa a ser cualquier cosa menos relajante y satisfactoria. Esto tiene consecuencias negativas, como posibles problemas futuros para eyacular con normalidad, incluso frigidez o la pérdida de apetito sexual en la mujer, y un aumento de estrés en ambos.

 

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