El sexo, además de hablarlo, hay que practicarlo

  • 3 diciembre, 2020

Este post podría ser la continuación de lo que escribí hace poco en mujeresteniamosqueser sobre las lunas de miel, como decía Sabina, que todas las noches sean noches de boda…(aprovecho para que lo leáis si aún no lo habéis hecho).

Puede que exista un intención clara de hablar de sexo, y se lleve a cabo. Maravilloso,… pero ¿Qué pasa si a pesar de dedicarle palabras éste sigue sin disfrutarse como uno espera?, sobre todo la mujer (al final también repercute en el hombre… ). A veces porque está en un postparto y hormonalmente está plana, otras porque el listón se ha puesto demasiado alto y luego hay decepción que se arrastra a la siguiente relación, otras porque ambos no aciertan a saber qué deben hacer mejor, otras porque hay una exagerada fijación por el placer, y otras simplemente porque la barrera psicológica femenina se impone, no desconecta o se aferra al miedo al embarazo. Un sumatorio aleatorio de todas estas cosas resulta fatal, frustrante y desanimante.

Pues os diré que es normal. Como el vino, el sexo mejora con el tiempo, siempre y cuando, además de hablar sobre ello, se practique. Dos personas, por más que quieran, no se conocen desde el minuto uno. Lleva su tiempo conocerse (incluidas desilusiones, sorpresas, asombros, confusiones, seducciones), y aún así no lo llegamos a hacer nunca al 100%.
Tampoco aprendemos un idioma de un día para otro. Tendrás que practicar declinaciones y sonidos hasta que lo hables con cierta soltura. Exactamente igual puede pasar en la cama.

Especial paciencia conllevan esas fases infértiles donde el deseo sexual de la mujer no es tan espontáneo y requiere mucho más estímulo, dedicación, amor.
Es otro aprendizaje más de la vida, pero muy especial porque es de dos que se ayudan en el camino. Y eso es precisamente lo que lo hace tan especial, que no nos viene hecho, lo tenemos que hacer, construir, modelar, adaptar nosotros mismos…y según qué momentos de la vida. Un reto todo lo emocionante que pueda llegar a ser.

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