La Planificación Familiar es la manera que elige cada pareja de regular o controlar el número de hijos, la llegada de éstos, el espacio entre embarazos, o la no búsqueda de embarazo. En definitiva, la estructura o volumen familiar deseado o posible.

La formas de planificación no naturales son numerosas. Desde los métodos barrera (el más utilizado el preservativo), la anticoncepción hormonal (pastillas, parches, inyectables…) y las irreversibles (vasectomía o ligadura).

El uso de los Métodos de Conocimiento de la Fertilidad, constituyen también un modo de planificar llamado Planificación Familiar Natural (PFN). Mediante la observación de los Indicadores de fertilidad de las fases fases fértiles e infértiles del ciclo menstrual, se dirigen las relaciones sexuales según si se desea obtener o evitar un embarazo. Este tipo de planificación ha quedado relegada en muchos ambientes por la creencia de pertenecer a determinadas religiones o creencias. Sin embargo, no no debería ser así. La PFN puede ser utilizada por cualquier pareja de cualquier creencia, religión y cultura. El conocimiento del cuerpo deberían tenerlo todas las mujeres independientemente de dónde «vengan».

Los Métodos de Conocimiento de la Fertilidad no se sustentan por ideologías sino por sus bases científicas y numerosos estudios que los avalan. Están reconocidos por la OMS, y su eficacia es similar o superior a los demás métodos no naturales de planificación.

Cualquier pareja que quiere planificar, debe tener a su disposición la información de los distintos métodos, para que su decisión sea libre y consecuente, acorde a su estilo de vida.

La Planificación Familiar Natural es elegida libremente por la pareja, constituyendo una forma de vida que requiere la abstinencia sexual temporal si se desea posponer embarazo, o buscar los días más fértiles si lo que se busca es la gestación. Una de las ventajas de este tipo de planificación es que se puede utilizar en ambos sentidos (buscar o posponer embarazo) en cualquier momento, estando presente el diálogo en la pareja que enriquece la vivencia de su sexualidad, y permitiendo un consciente y constante ejercicio de la sexualidad responsable.

El estilo de vida de la Planificación Familiar Natural está basado en el respeto al ciclo reproductivo, el tiempo, la dedicación y la paciencia ya que requiere un aprendizaje previo y un conocimiento mutuo.